sábado, 4 de julio de 2015

El referéndum empuja a Grecia hacia una fractura política y social

LA CRISIS GRIEGA

El referéndum del domingo ha generado incertidumbre y confusión entre la población




Desde la convocatoria del referéndum, hace una semana, Grecia vive una crisis financiera, política y nacional inédita desde el restablecimiento de la democracia, en 1974. La consulta del domingo  ha generado en el país un estado de profunda incertidumbre y confusión, y  respuestas más viscerales como el miedo o la rabia. La sociedad percibe la extraordinaria trascendencia de una votación que marcará el futuro de la nación mientras los sondeos reflejan la polarización que genera la consulta.
 
El sondeo del instituto GPO para un portal de noticias publicado ayer arrojaba los siguientes porcentajes sobre el referéndum del domingo en Grecia: el 47% se declaraba a favor del sí; un 43% apostaba por el no .
 
La encuesta del ProRata Institute para el diario Efimerida ton Syntakton (de izquierdas), publicada el 1 de julio, también con las medidas del corralito ya vigentes, daba este resultado: a favor del no (46%), y partidarios del (37%).
 
Antes del cierre de los bancos anunciado el domingo 28, otro sondeo de ProRata daba al no un apoyo mayor, del 57%, frente al 30% del .
 
 
ECONOMIA MANIATADA
 
 Desde la convocatoria del referéndum, hace una semana, Grecia vive una crisis financiera, política y nacional inédita desde el restablecimiento de la democracia, en 1974; en nada comparable a 2012, cuando parecía inminente su salida de la eurozona y el arrastre del resto de países miembros. Replegada como en un búnker ante los mensajes de Bruselas, maniatada económicamente –comerciantes incapaces de hacer frente a sus pagos o medrosos de aceptar tarjetas, empresas extranjeras preparando las maletas -, hay otro escenario aún más temible, por lo potencialmente furioso: el día que los bancos se queden a cero. “Podremos habernos quedado sin dinero el martes si la gente sigue sacando 60 euros al día”, decía ayer un alto responsable bancario citado por la agencia Reuters.
 
 
Jristos Kokoras, jefe de análisis de Ernst & Young en Atenas, piensa abiertamente en el exilio, tras rechazar dos veces sendas ofertas para marcharse del país durante los peores años de la crisis. “Hemos aguantado, incluso con niños pequeños, porque somos griegos y queremos vivir aquí. Pero ahora… están rotos todos los canales, la desconfianza del mercado hacia Atenas y la pérdida de credibilidad del Gobierno va a costar mucho superarlas… trabajo con bancos extranjeros, y sé lo que digo. Es muy legítima la aspiración de mejorar las condiciones de la ayuda, pero no puedes romper las reglas del juego si eres la parte más vulnerable de la negociación”, cuenta en relación al Gobierno, mientras declina revelar su voto.
 
 
Ioanna, 28 años, dos carreras universitarias y dos idiomas, con un sueldo de 420 euros al mes como dependienta en unos grandes almacenes, tiene clara qué opción marcará en la papeleta. “Votaré que no, porque las condiciones que nos imponían los socios son un callejón sin salida, sólo conducirían a más recesión y miseria. No hablo en absoluto de salir del euro, aunque este referéndum haya roto ese tabú, aquí y en Europa; sólo defiendo levantar cabeza tras cinco años de obediencia”. No obstante, a juzgar por lo que oye a sus abuelos, “muy asustados”, teme que se imponga el miedo y “finalmente la gente vote con la mano en el bolsillo”.
 
Fuente: El País
 
 
 
 





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