sábado, 22 de agosto de 2015

Grecia recomienza

Grecia recomienza

Con la convocatoria de elecciones Tsipras busca más estabilidad.



Alexis Tsipras

     La dimisión del primer ministro Alexis Tsipras y la convocatoria de elecciones legislativas para el próximo septiembre son el desenlace lógico del pulso que el líder de Syriza echó a sus socios de la Unión Europea desde que llegó al poder a finales de enero de 2015 y que ha terminado con un corralito bancario que ha durado varias semanas, la posterior aceptación por parte de Atenas de un tercer rescate en unas condiciones de las que Tsipras renegó durante la campaña electoral y un profundo cisma en el partido gobernante griego.
 
 
Efecto de la crisis griega
El primer ministro dimisionario ha optado por volver a las urnas mientras la oposición sigue desorganizada y bajo los efectos de la derrota que sufrió en enero. Al mismo tiempo, todavía no han comenzado a notarse las consecuencias económicas impopulares que supondrán la aplicación de las medidas pactadas con Bruselas para la concesión del tercer rescate. Tsipras busca el respaldo en la urnas porque necesita un mandato claro para los ajustes que debe realizar. A pesar de todo, el chico, como se le conoce en Grecia, sigue representando el espíritu del cambio y lidera las preferencias de voto según las últimas encuestas.
Resulta positivo que la convocatoria electoral le sirva a Tsipras para deshacerse definitivamente de los elementos más radicales de su entorno, un proceso que ya comenzó cuando se empezó a atisbar que la crisis griega terminaría en un acuerdo con la Unión Europea y no con la ruptura de incalculables consecuencias que adelantaban algunos miembros de su partido y su Gobierno. El líder griego tiene ahora la ocasión de romper definitivamente con el aventurerismo de algunos de sus compañeros de viaje y colocar a su formación dentro de unos parámetros parangonables al resto de grandes partidos de la UE. Es resaltable que en apenas ocho meses Tsipras haya pasado de ser el líder del rupturismo político a ocupar el lugar central de la política griega —que no el centro político— y, como se apuntaba ayer en Atenas, se haya convertido en un líder que podría conducir a Grecia al centro de la estabilidad.
Es necesario que Grecia se instale cuanto antes en la estabilidad económica e institucional. Para la primera, ya dispone de las condiciones y los mecanismos necesarios: Ha crecido el 0,8% en el segundo trimestre de este año, sigue dentro del euro y dispone del rescate concedido y aprobado por sus socios de la Unión Europea. Para la segunda, las elecciones son un paso imprescindible. Lo importante es que de las urnas surjan un Parlamento y un Gobierno que devuelvan a Grecia al camino de la normalidad y el progreso. Una senda que nunca debió abandonar

El  PAIS

 

 
 
 
 

 

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