jueves, 26 de noviembre de 2015

Buenas palabras


Políticamente incorrecta.



Lola Ester
La violencia contra las mujeres es un fenómeno global y aunque tiene muchas formas el componente base siempre es el mismo: el machismo. Da igual si el tipo es un as de los negocios, un genio de la física o analfabeto profundo, el que se cree superior a las mujeres solo porque le pesan las gónadas ejerce la violencia contra ellas al tiempo que la transmite a sus hijos varones, y así vemos cómo críos de siete años maltratan física y emocionalmente a sus madres por superioridad impuesta. Pero no nos engañemos, no hace falta poner solo la lupa en las niñas kamlari de Nepal, vendidas como prostitutas o esclavas a los ricachones del Golfo Pérsico; o sobre las crías que BokoHaran utiliza como milicianas o bombas andantes después de haberlas agotado físicamente. Estos días, los partidos políticos españoles coinciden en que hay que ampliar el concepto de violencia de género para que no quede reducida al núcleo de las relaciones de pareja. Y ahí se quedan, en el discurso, en las buenas palabras, sin apuntar a la diana. Desde el dos de noviembre las europeas trabajan gratis, pues la diferencia de salarios con respecto a los hombres --por igual trabajo-- es de un 16I3% pese a que la igualdad entre hombres y mujeres es uno de los valores fundamentales en la UE. He dicho europeas porque las españolas no entran en ese baremo. Aquí la brecha salarial es del 19I3%, lo que significa que están trabajando por la cara desde el 20 de octubre. Y no son pocos los carnuces que establecen la igualdad en casa en relación al sueldo.
 
Periodista

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