sábado, 2 de enero de 2016

Javier Lambán: "No estoy más condicionado a Podemos que el anterior Gobierno de Rudi al PAR"

LOS PRIMEROS MESES DEL EJECUTIVO.

El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán

J. ARMENGOL / M. VALLÉS 02/01/2016
 
--¿Esperaba más dificultades en el inicio de la tramitación del presupuesto del próximo ejercicio?
--Desde el principio del mandato tengo una idea precisa de los ritmos y los tiempos de trabajo. A veces se nos reprocha que estamos demasiado supeditados a las voluntades de Podemos. Pero tengo que decir que no creo que yo esté más condicionado por Podemos que lo que lo estuvo el anterior Gobierno por el PAR.
 
--O Marcelino Iglesias.
--Exacto, o Marcelino. Lo que ha cambiado es la manera y los procedimientos de negociación. Antes se hacía en los despachos, lo cual no me parece reprobable, y cuando el presupuesto se remitía a las Cortes era un plato ya cocinado y listo para servir. Ahora sabemos que no va a ser así porque el método elegido por Podemos es otro. Su manera de participar es a través de propuestas llevadas al Parlamento, y nosotros somos conscientes de que con 18 diputados no podemos hacer leyes a nuestra medida. Tenemos que negociar y llegar a acuerdos. Y la actitud de todos los grupos de la izquierda está siendo bastante responsable.
 
--¿Hubiese preferido otro método?
--Creo que es más productivo negociar de otra manera porque así hubiésemos podido hablar de cómo distribuir el gasto entre unos departamentos y otros, de cómo tratar las políticas económicas y de inversión en relación con las sociales. Se prefirió hacer de otra forma, y ahora el margen para las enmiendas es menor. Pero tal como vienen las cosas, Mariano Rajoy o Pedro Sánchez se darían con un canto en los dientes si pudiesen conseguir un pacto como el que conseguimos aquí.
 
--¿El momento más complejo vino derivado de los condicionantes con el Ayuntamiento de Zaragoza?
--Siempre sostuve que era difícil que un grupo de las Cortes mantuviese un condicionante con otras instituciones. Cada una tiene sus dinámicas. En el caso del Ayuntamiento de Zaragoza, y lo digo con todo el respeto hacia Podemos e IU, hay en este momento una especie de disputa por ver quién representa los intereses de Zaragoza en Común en las Cortes. Lo cual no deja de ser una de las peculiaridades de la política del momento, con un alcalde yendo a mítines de dos partidos diferentes.
 
--Las relaciones con el Ayuntamiento de Zaragoza siguen sin ser buenas. ¿Hay margen en el presupuesto para dotar mejor a la ciudad?
--Con el Ayuntamiento de Zaragoza queremos tener una buena relación. Me gustaría que el alcalde ampliara la agenda de temas sobre los que hablar y no los limitara solo a la Ley de Capitalidad, el Impuesto de Contaminación de las Aguas o el tranvía. Hay asuntos de ciudad que tienen relación con el proyecto de comunidad en los que nos deberíamos detener más. Hasta ahora no ha sido posible, que el alcalde trascienda un poco de esa especie de abordaje de lo inmediato y entre a hablar del medio y el largo plazo.
 
--¿Y la ley de capitalidad?
--La falta de financiación para las competencias impropias que afecta a Zaragoza es común a todos los ayuntamientos de Aragón. Todos tienen problemas de financiación y, por lo tanto, el asunto hay que abordarlo en su conjunto. Zaragoza también tiene que ser solidaria y generosa con el resto del territorio.
 
--¿Hay alguna consigna del PSOE para que el grupo municipal socialista facilite la gobernabilidad en el ayuntamiento?
--La única consigna es la de que se facilite la gobernanza, igual que ocurre con otros municipios de izquierdas. Sin más consideraciones. El grupo municipal tiene absoluta autonomía y la está ejerciendo con coherencia, honradez e inteligencia. Y sin apartarse demasiado del programa. En el ayuntamiento a veces se invierte la carga de la prueba: al revés de lo que ocurre en otras instituciones, parece que tiene que ser la oposición la que sea receptiva con las propuestas del Gobierno.
 
--Eso es tanto como pedir el alcalde que cambie de actitud.
--Yo no me paso el día regañando a Pablo Echenique, llegando incluso al insulto, que es lo que hace a veces el alcalde de Zaragoza. Da la sensación de que Pedro Santisteve no quiere que el PSOE le vote sus propuestas porque directamente les insulta.
 
--En Huesca la relación entre los grupos de izquierda resultan más sencillas.
--Quizás eso dependa del talante del alcalde de Zaragoza y del de Huesca.
 
--¿No es rehén el Gobierno al tener como consejero a Fernando Gimeno, que antes fue vicealcalde del ayuntamiento?
--Fernando Gimeno es un consejero de Hacienda espléndido y maneja las cuentas con una inteligencia, sabiduría y capacidad de entendimiento soberbias.
 
--¿La única alternativa para dotar a los servicios era subir los impuestos, pese a haber incumplido una promesa electoral?
--Nos encontramos con que hubo un error de cálculo. Pensábamos que con el ritmo de crecimiento económico sería suficiente para dotar los servicios. Pero resulta que la presión fiscal de Aragón era la más baja de España. No hemos hecho una revolución fiscal. Hemos puesto a la comunidad en la media nacional y con progresividad.
 
--¿Qué le parecen las críticas, de oposición y empresarios?
--Son críticas de oficio. Los empresarios ante un incremento de la presión fiscal reaccionarán mal. Es su manual de estilo. Supone incrementar dos décimas respecto al PIB. Decir que eso va a frenar el ritmo de crecimiento es una broma de mal gusto.
 
--¿Con la subida se dotan los servicios y se equilibran las cuentas?
--No sirve, claro. La reforma no cubre las necesidades reales de la comunidad. Buscar una solución a las cuentas autonómicas requiere una revisión a fondo del sistema de financiación y una reforma fiscal nacional.
 
--¿Cómo debe ser el nuevo modelo de financiación?
--Primero hay que hablar de la cuantía total que se destina a la financiación de las autonomías. Y luego deberíamos entrar en cómo se distribuye, para lo que se debería valorar lo que cuesta prestar los servicios en cada sitio. Ahora la partida para las comunidades está lejos de lo que cuestan los servicios.
 
--¿Si no hay un nuevo sistema de financiación podría haber una nueva subida de impuestos?
--No entra en mis cálculos.
 
--¿Habrá más dinero para las comarcas?
--Nos hemos dado cuenta de que quizás haya una infradotación de las comarcas para que al menos puedan prestar sus servicios. Trataremos de encontrar una solución. Pero sin renunciar a que se aprieten el cinturón. Aparte de que hay una voluntad del Gobierno para favorecer a los ayuntamientos.
 
--¿Eso quiere decir ahogar a las comarcas hasta cerrarlas?
--No. Se trata de fortalecer a los ayuntamientos y que ellos decidan cómo mancomunar sus servicios.
 
--¿Sobran las retribuciones a los consejeros comarcales?
--Me parece que hay que pagar las dietas para que ser consejero no cueste, encima, dinero.
 
--¿Qué proyecto tiene para Aragón?
--Reimpulsar la logística, desarrollar la agroalimentación, impulsar la universidad y la investigación y relacionarlas entre sí.
 
--Eso queda muy bien, pero luego hay que hacerlo.
--Lo estamos haciendo. Se ha reactivado Plaza, por ejemplo. Y fomentaremos la cultura para que sea un sector potente.
 
--En lo que no ha avanzado es en las relaciones con el Estado.
--La comisión bilateral era una mera expresión de folklore. Y Luisa Fernanda Rudi la convirtió en un esperpento.
 
El Periódico de Aragón.-


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