sábado, 6 de febrero de 2016

Otra Transición

Nadie en sus cabales desconoce que a Pedro Sánchez le han encasquetado un marrón.

Nueva Transición

Jorge M. Reverte
 
Vivimos unos tiempos de gran inestabilidad, de todo tipo y, por supuesto, conceptuales. Nos hemos pasado una buena parte de los últimos años discutiendo sobre la Transición y su bondad o carácter negativo. Nos ha costado trabajo llegar a la conclusión de que fue muy positiva, por eso es buena idea llamarle a lo que viene también Transición, lo que ayuda a garantizar que el proceso empieza con una calificación positiva.
 
Alegremente los españoles desfilan por delante de la Carrera de San Jerónimo, y se emocionan con el palacio neoclásico:
 
—Mira hijo, ahí dentro se está cociendo una nueva Transición.
 
Y el niño, que no tiene edad ni para ser de Podemos, no sabe qué responder porque ignora si eso es bueno o es malo. Pues ya lo sabe. Es bueno.
 
Nadie en sus cabales desconoce que a Pedro Sánchez le han encasquetado un marrón. Pero él se lo ha buscado, y si le sale bien ganamos todos. Así que, a estar a favor tocan. Por lo menos un mes, el que tarde en saber él si va a poder formar Gobierno.
 
Pasando lista a los candidatos, enseguida vemos que la relación de enemigos es casi idéntica a la relación de amigos del proyecto de Rajoy.
 
El PP va a montar un fuerte aparato para que la cosa salga mal. Pero Sánchez cuenta con un aliado que es el propio lío que se montan los del PP a partir de ahora. Mariano Rajoy se la ha jugado a cara o cruz, y ahora viene lo de que los militantes populares se quedan sin cargos. Unos por la política y otros por los jueces, el caso es que los populares se quedan sin empleo. Si no todos, la mayoría.
 
De nacionalistas no hay mucho que hablar: de ellos no se espera mucho, pero ahora menos todavía.
 
Lo que sí es importante es el cambio de tono de Ciudadanos. El programa de Sánchez tiene mucho de lo suyo. Y tendrán que apoyar sus grandes iniciativas, porque su público se lo exigirá. Pedro Sánchez va a tener al partido pacificado durante un tiempo, el que Susana Díaz quiera darle, pero siempre sabiendo que ella se juega mucho en esta operación, que por una vez no ha diseñado en persona.
 
De Podemos ya sabemos. Nada.
 
El País.

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