sábado, 16 de abril de 2016

14 DE ABRIL. MI CUADERNO PERSONAL ( 9 )

DIA DE LA REPUBLICA


Hace ya 80 años desde que se proclamó la Segunda República y el frente popular ganó las elecciones. Este gran hito, significo un gobierno de izquierdas y representaba un amplio avance en los derechos sociales y de la clase trabajadora como nunca se había alcanzado.

Para conmemorar este 14 de abril de 2016, he querido entenderlo como un espacio abierto al desahogo y a la reflexión. De ahí, mi decisión de ocuparlo a través del análisis de la película " Pascual Duarte " del productor Elías Querejeta y el director Ricardo Franco. Producida al año de morir Franco, soporto la censura moribunda nada dispuesta a permitir el estreno de la misma por traslucir toda la miseria y el horror de una serie de situaciones cotidianas que el franquismo se había encargado de perpetuar.

Campesino español, pobre, poseído continuamente por la mala suerte que se manifiesta a través de su largos silencios y sus miradas que se pierden en el vacío. Es un integrante de esa época triste y brutal que durante las primeras décadas del siglo XX sufre España con tremendas diferencias sociales y culturales que asolan  y conforman la identidad colectiva del país, asumido en la negrura del caciquismo y que convierte en símbolo de los pobres moralmente maniatados a Pascual Duarte.

Los hechos y la vida de este protagonista se desarrollan entre los años 1882 y 1937, etapa en la que la realidad sociopolítica española estaba marcada por un clima de profunda inestabilidad, suponiendo una época de las más agitadas del Constitucionalismo Histórico con bruscos cambios de Gobierno y de Constitución más teóricas que reales, produciendo un acento aún más profundo en la decadencia española alcanzada en el siglo XVI hasta la perdida en el año 1898 de las últimas colonias en Hispanoamérica. Por consiguiente, es un día ideal para homenajear a aquellos que dieron sus vidas por los derechos sociales y a aquellos que fueron fusilados por el dictador tras la victoria fascista del 1 de abril de 1939.

Por lo tanto, reflexión.  Reconozcamos los  errores, reduzcamos la desigualdad actual existente que recae sobre el estrato social más pobre y necesitado. Mirémosnos de frente, cara a cara, sin forzar a nadie al ostracismo, al aislamiento voluntario o forzoso, a la soledad.... No nos manifestemos a través de largos silencios y miradas perdidas y extraviadas hacia el vacío.  Convivencia, diálogo, debate, acuerdo y pacto son las mejores recetas para una saludable vida colectiva que busca el interés general y que debe estar exenta de protagonismos personales.  ¡ MEMORIA DEMOCRÁTICA !

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