martes, 12 de julio de 2016

ENTREGADOS Y EGOÍSTAS, ALTRUISTAS Y CICATEROS.


MI CUADERNO PERSONAL ( 11 )

. " Entregados y egoístas; altruistas y cicateros; cada uno tenemos un papel a la hora de dar o de recibir "



Lo cierto es que hay personas más propensas a dar a los demás y otras reciben mucho más de lo que ofrecen. Adán Grant, profesor de la escuela de negocios Warton School, en Estados Unidos, estudio este aspecto fundamental del intercambio entre seres humanos y revela unos resultados sorprendentes.

En función de cómo se relaciona con su entorno las personas las podemos clasificar en:

- Donantes: aquellas que dan por sistema a los demás, en muchos casos para obtener su cariño y aprecio. Este grupo se divide a su vez en dos subgrupos que se analizarán más adelante.

- Receptores: Son los que reciben los favores del resto, ya se trate de dinero o tiempo, y lo hacen en una cantidad notablemente superior a lo que devuelven.

- Equilibradores: Buscan una armonía entre lo que aportan y lo que obtienen, y están atentos a las interacciones según este criterio . No es la tipología más común.

- Falsos donantes: Bajo una máscara de generosidad, su estrategia es dar uno y quitar 10. Suponen una amenaza mayores que los donantes porque actúan de manera encubierta.

El primer paso es identificar nuestro papel entre estos cuatro grupos y, acto seguido, tomar conciencia de que tipo de personas nos rodean.

¿ quien hay en lo alto de la pirámide ?

En su libro, define a los receptores que a menudo no dan ni las gracias. Y los define de la siguiente forma: gente que obtienen más de lo que reciben. Tienen un rasgo característico: inclinan la reciprocidad a su favor y ponen sus intereses por delante de las necesidades de los demás. Creen que el mundo es un lugar competitivo, una auténtica jungla donde los unos devoran a los otros. Piensan que para alcanzar el éxito tienen que ser mejores que el resto. Para demostrar su valía se promocionan así mismos y procuran que sus esfuerzos reciban los elogios que se merecen. No son crueles ni despiadados.  Son simplemente cautos y poseen un gran instinto de autoprotección. " si no pienso en mí y me pongo por encima de todos los demás piensan, nadie hará por mi ".

Curiosamente, los receptores no llegan a los puestos altos de sus estructuras.

Los donantes suelen ocupar la parte más baja del escalafón en todas las profesiones. Quien se ocupa de darlo todo, es lógicamente, quien menos dinero tiene y raramente alcanza un puesto de responsabilidades.

En la cima de la pirámide del éxito ni están ni receptores ni equilibradores. Están en la zona intermedia.

En la cúspide se sitúan los donantes, pero se trata de cierto tipo de donantes cuya generosidad les ayuda a alcanzar el éxito. Para entender por qué hay una clase de donantes en el escalón más bajo y otra distinta en lo más alto de la pirámide.

Subespecie función.

Donantes estrellas: Grant, a los que dan indiscriminadamente, de manera que su actitud que toma como una enfermedad, saben cuándo dar, con quien, como y a cambio de que. Pertenecen a esta categoría de los inversores que apuestan por una startup ven multiplicados sus ingresos. Lo, que cultivan relaciones que les aportan contactos beneficiosos O los que realizan donaciones a cambio de prestigio social para ellos o para su marca.

Felpudos: Grant, define a los que dan indiscriminadamente, de manera que su actitud se tomará como una enfermedad, algo que necesitan hacer para sentirse bien. Y su entorno se acostumbra a su generosidad permanente hasta el punto de que sus donaciones dejan de ser valoradas. Y al contrario, si un día no dan algo, entonces son señalados como series crueles e injustos. El apelativo felpudo encaja bien en este perfil, ya está al final todo el mundo les pira.

La diferencia básica entre ambas clases es que los felpudos establecen relaciones asimétricas mientras los donantes estrellas obtienen beneficios, aunque sea a medio o largo plazo, de su generosidad.  

                                 ¡ Deje de ser felpudo con los julas !

JULA: Persona que te crees que te hace mucho bien pero te hace mucho mal.

Fuente: El Pais Semanal.


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