martes, 9 de agosto de 2016

MARIANO " EL VERANEANTE "

¡ Que buenos están los percebes !



José Luis Trasobares
El Independiente.

Mientras los cronistas de la Corte insistían angustiados en la urgencia de que Rajoy sea investido jefe del Gobierno y Gran Timonel de la España Una, el susodicho andaba de senderista por su Pontevedra natal, más a gusto que Dios. Seguro que a la tarde se metía entre pecho y espalda sus buenas percebadas, con algún vasito de albariño fino (que el ribeiro es muy ácido). Nadie ha puesto en cuestión este relajo estival del hombre decisivo, cuyo feliz retiro no debería encajar con la crítica situación política de nuestro país. En las actuales condiciones (se supone) los auténticos hombres de Estado han de estar ahí, al pie del cañón, currando como posesos, preparando programas, estudiando pactos... El propio Rey, aun no siendo (por precepto constitucional) poco más que una figura decorativa, estuvo el hombre toda la semana pasada sin subirse al velero para competir en las regatas. Al final, y medio a regañadientes, accedió a ponerse al timón del Aifos, impulsado sin duda por el ejemplo marianista. Claro... Si el presunto presidente no tenía pensado volver a Madrid hasta el lunes (o sea, ayer), bien podía el Monarca echarse a navegar durante el fin de semana. Además, el último barómetro del CIS ha demostrado que solo un 6,4% de los españoles están preocupados por esta situación de interinidad gubernamental que vivimos.

El mismo CIS augura que, electoralmente hablando, esto no se mueve. O sea, que Mariano El Veraneante no pasaría de su tercio escaso de apoyos en caso del volver a las urnas. El otro 70% de los electores se pondría en su contra. De ahí viene que ni el PSOE ni el PNV, ni siquiera Ciudadanos, quieran tener nada que ver con la investidura de un personaje tan tóxico y desprestigiado como Rajoy. Quien se le arrime está acabado. Solo desde perspectivas muy conformistas, muy cínicas y muy ademocráticas cabe reconocer al superlíder del PP ese metafísico derecho a mandar porque ganó (¿ganó?) las elecciones.

Así que un servidor, desde mañana, se cala las gafas de sol... y ahí se las den todas. Lástima no tener a mano un kilito de buenos percebes.

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