sábado, 17 de septiembre de 2016

RITA PITA

INTELIGENCIA EMOCIONAL






NEREA VADILLO

Amanece un día más y los españoles nos levantamos con la noticia de que la exalcaldesa de Valencia, militante del PP durante 40 años, abandona el partido, inculpada por blanqueo de capitales. La protegida de Rajoy (favor con favor se paga, le debía mucho a su Rita desde que en 2008 la caridad de su Barberá le permitiera sobrevivir), sale por patas antes de que la destituyan, pero sin dejar su escaño ni su aforamiento. Pretende evitar que el fango le salpique demasiado. Cuál lamentable resulta esta estratagema. Lástima de país. Voy a darle la razón a un sabio y gran amigo gaditano que siempre anda indignado con las mezquindades de la Hispania y amenaza con apostatar de su nacionalidad española. Y es que si casos como el de la Barberá fueran aislados, pero no, son la tónica general que alinea este apestoso spanish gin&tonic que parece que debemos tragarnos a la fuerza, nos guste o no, dado que nuestra clase política nos deja indefensos al no legislar para cambiar la doctrina jurídica que posibilita a los diputados y senadores ser titulares de sus escaños con independencia del partido con el que los hayan obtenido y de los pecados cometidos. No solo eso, sino que en la medida en que deciden que mantienen su cargo también conservan el aforamiento, esto es, que en vez de ser juzgados por los tribunales de primera instancia como todo hijo de vecino son los Tribunales superiores los que orquestan sus casos. Hagamos que todas las Ritas de España salgan pitando de la vida política. Regeneración democrática ya.

Periodista y profesora.

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